miércoles, 25 de mayo de 2011

Por el Señorío de Molina (de Aragón)

En el extremo noreste de Guadalajara, donde Castilla pierde su nombre, se encuentra la localidad de Molina de Aragón, entre el Parque Natural del Alto Tajo y el límite de la Provincia de Teruel.


La ciudad, declarada Conjunto histórico-artístico debe su denominación a la conquista lograda en el Siglo XIV por el Reino de Aragón. La posesión duró poco más de una década, pero el apellido de la localidad se ha mantenido hasta nuestros días.


Esta zona fue durante años objeto de disputas entre los reinos de Castilla y Aragón y por ello son pocas las localidades que no conservan restos de sus castillos y fortificaciones. Algunas como las de Molina, Cubillejo, Embid, Campillo de Dueñas, Corduente,… bien merecen dedicar alguna jornada a su visita.

Tampoco nos deberíamos perder el Santuario de la Virgen de la Hoz, situado en las cercanías de Ventosa, en el barranco que forma el río Gallo y que queda escondido en medio del páramo que lo rodea.



Los amantes de la naturaleza podrán disfrutar a pocos kilómetros del Parque Natural del Alto Tajo y sin tener que moverse de la zona, y especialmente para quien desee observar aves, realizar algun recorrido por la extensa ZEPA de las “Lagunas y parameras del Señorío de Molina”, que extiende sus mas de  seis mil hectáreas por los municipios de Campillo de Dueñas, Embid, Molina de Aragón, Rueda de la Sierra, Tartanedo, Torrubia, Tortuera, y La Yunta.


En nuestros paseos nos acompañarán constantemente pequeñas aves como los pardillos, verdecillos, lavanderas, trigueros… también es fácil ver (aunque no tanto fotografiar) las alondras de DuPont que abundan en esta zona. Con un poco de suerte, podríamos contemplar aves esteparias como avutardas y gangas y si nos acercamos a alguna de las numerosas lagunas estacionales podremos contemplar aves de estos hábitats como los somormujos, los sisones, los carriceros,… y, en época de migración, algunas grullas que se acerquen desde la cercana laguna de Gallocanta.



Si optamos por el contrario por encaminarnos hacia algunos de los barrancos y cortados de estas tierras, podremos contemplar también grandes rapaces como el buitre leonado o el alimoche. 


domingo, 8 de mayo de 2011

Aves en Valencia de Alcántara



Para los amantes de las aves, esta es una zona con magníficas posibilidades. Basta pasear por cualquier paraje de la campiña para ir constantemente acompañado de pequeñas aves como las tarabillas, verdecillos, trigueros, pardillos, cogujadas, «cagachines» (carboneros y herrerillos), jilgueros, ruiseñores,… y una lista que sería interminable.




Podremos divisar también rapaces como buitres leonados, milanos, ratoneros, águilas o cernícalos que crían en los alrededores o vuelan en busca de presas desde la cercana sierra de São Mamede y otras bellas aves comunes por la zona como las abubillas, los arrendajos, y distintos tipos de «carpinteros» como el pico menor.


En primavera es fácil divisar la característica silueta de los abejarucos, el vuelo de los alcaudones o escuchar el canto de los cucos que abundan en la zona. En esta época las aves están  especialmente activas y es fácil observarlas en sus quehaceres cotidianos.


Y si aún queremos mas, siempre podemos desplazarnos al cercano parque natural del Tajo Internacional (con posibilidad de trayecto en barco) o a la ZEPA de la Sierra de San Pedro, cuya visita podremos comenzar en el centro de interpretación situado en la vecina localidad de San Vicente de Alcántara.


En ambos parajes tendremos la posibilidad de avistar aves tan emblemáticas y escasas en nuestra geografía como el águila imperial, el buitre negro y la cigüeña negra. También es posible ver, entre otras especies, alimoches, elanios y otras águilas como la pescadora, la perdicera y la culebrera.

Valencia de Alcántara. Con un pie en España y otro en Portugal



Valencia de Alcántara y sus alrededores brindan a quien se anime a visitarlos un sinfín de posibilidades. Podremos admirar sus pueblos y monumentos, su fantástico conjunto megalítico o simplemente pasear por un bellísimo entorno natural.

Valencia se encuentra, en el extremo sur-occidental de la provincia de Cáceres, entre las últimas estribaciones de la sierra de San Pedro (Zona de Especial Protección de Aves y Zona de Especial Conservación) y las primeras de la portuguesa Sierra de São Mamede (Parque Natural).‎ Para llegar hasta allí deberemos recorrer, casi hasta su final, la carretera nacional N-521 que nos conduce desde Cáceres a la frontera con Portugal.


Esta localidad, que debe a su apellido a su reconquista por la orden de Alcántara en el Siglo XIII, posee diversos monumentos dignos de ser visitados como su castillo, su Iglesia de Rocamador, del Siglo XV, testigo en 1497 de la boda de Don Manuel el Afortunado, Rey de Portugal, y Doña Isabel, hija de los Reyes Católicos, o el magnífico barrio gótico judío, declarado conjunto histórico artístico y que representa una de las mayores juderías de la provincia de Cáceres.

Pertenecen también al Ayuntamiento de Valencia de Alcántara numerosas pedanías  diseminadas por la zona que encontraremos camino de Portugal y que es conocida como la campiña. En esta zona, además de la tranquilidad de sus aldeas y de la belleza de supaisaje, podremos disfrutar de un magnífico conjunto megalítico formado por varias decenas de dólmenes de mas de cuatro mil años de antigüedad.


Debemos también reservar algo de tiempo en nuestra visita para conocer algunos  pueblos cercanos de nuestro vecino Portugal. Sería imperdonable abandonar esta zona sin haber subido a callejear por el laberinto de casas encaladas de la ciudad-castillo de Marvão o sin visitar la judería, el castillo y la ciudad medieval de Castelo de Vide.


Si a estos atractivos unimos unas posibilidades gastronómicas excepcionales, que nos permitirán disfrutar de manjares como los excelentes embutidos de cerdo ibérico y quesos de cabra y oveja, suculentos dulces y sabrosos guisos como la prueba de cerdo ibérico, el frite de cordero o cabrito, la chanfaina (guiso de vísceras y sangre de cordero o cabrito con patata y huevo), las migas, las mondongas solas o con tomatada…, os aseguro que no os arrepentiréis de la visita.